lunes, 9 de noviembre de 2009

PREOCUPADA YO?

Lo que hay por debajo de una preocupación es un TEMOR o MIEDO,que nos mantiene alerta con respecto algún peligro potencial. En cierto sentido la preocupación es un ensayo de lo que podría salirnos mal, y de cómo debemos enfrentarnos a ello, en un intento de alcanzar soluciones a las situaciones que percibimos peligrosas. De esta manera nos anticipamos a los riesgos, antes de que éstos surjan.
LA DIFICULTAD SE NOS PLANTEA cuando las preocupaciones se vuelven crónicas y repetitivas, aquellas que aparecen y vuelven una y otra vez y nunca nos llevan a una solución. Parecen surgir de la nada son incontrolables, generan ansiedad, son impermeables a la razón y nos bloquean.
Por ejemplo: Me preocupa la inseguridad, tengo miedo de que me pase algo, empiezo a ensayar mentalmente todas las cosas malas que pueden suceder me y que puedo hacer para defenderme, mi imaginación puede ir muy lejos,pasar por una amplia gama de situaciones, la mayoría de las cuales no tienen posibilidades de ocurrir, esto me incrementa la ansiedad y el miedo; y pueden llegar a ser tan intensos que me impide salir a la calle y con ello me limito y hasta puedo perder de realizar tareas importantes de orden cotidiano.
Este es un claro ejemplo donde podemos quedar atrapados en la preocupación misma, sumergiendonos en el temor.

¿QUE PODEMOS HACER?
Un primer paso es la conciencia de uno mismo, captar la situación que me inquieta y que dispara mi ansiedad y pensamientos asociados.
Segundo paso intentar relajarme para poder reflexionar sobre ésto que me está pertubando y desafiar a estos pensamientos inquietantes, adoptar una postura crítica, cuestionarlos, PONER EN DUDA DE QUE OCURRA LO TAN TEMIDO.
Esta combinación de CONCIENCIA Y ESCEPTICISMO SANO actúa como freno de este ciclo que se inicia con un estado de preocupación que se puede extender a una amplia gama de situaciones y sumergirnos en el temor constante de que algo malo nos pase. Y nos afecte la calidad de nuestra vida.

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