miércoles, 9 de junio de 2010

VALVULAS DE ESCAPES PARA EL CANSANCIO CRONICO

Cuando una persona se siente habitualmente CANSADA, es probable que no cuente con un balance satisfactorio entre las tensiones de su vida cotidiana y los medios que tiene a su alcance para eliminar dichas tensiones y descansar.
En general la fatiga crónica no se relaciona con enfermedades físicas, se trata más bien de una sensación emocional muy desagradable, que tiene sus raíces en el tedio y la monotonía.
La fatiga no solamente tiene que ver con los músculos. El sistema nervioso y también las emociones influyen.
Existen algunos mecanismos regulatorios para que las presiones no se acumulen y tampoco lleguemos a padecer trastornos en nuestra salud.
* Se puede recurrir a la estimulación sensorial (tacto, vista, oído) entre las maneras de disipar el cansancio. Por ejemplo; baños de agua caliente, escuchar música, la comida puede ser un placer agradable, saborear algo como un helado o un buen vino.
* Es útil apegarnos a horarios adecuados y flexibles, y no desperdiciar el tiempo.
*Ayuda mucho compartir nuestras preocupaciones con amigos por que nos permite desahogarnos, las tensiones también se descargan mediante expresiones emocionales, como llorar, reír, maldecir, etc.
* El ejercicio físico es un camino muy directo para dar salida a las tensiones y romper la monotonía del trabajo y las rutinas diarias.
*Es importante tomar decisiones para modificar y eliminar las circunstancias adversas que puedan estar presionando, tanto en el trabajo o en la familia.
*Dedicar algún tiempo para realizar una actividad amena, aunque no tengan una utilidad práctica.
*Fantasear es otro camino para descansar, soñar despierto y fabricar escenas gratas.
*Si el trabajo es rutinario, conviene tomar breves descansos.
*Evitar el engaño de un descanso excesivo.
*Conviene hacer planes para realizar actividades interesantes.
*No iniciar algo que no despierte el verdadero entusiasmo.
En el ritmo de vida que las personas llevamos en la actualidad, a las corridas, presionados por las exigencias laborales, sociales y familiares, no existe el tiempo para ocuparnos de nuestra salud no sólo física sino mental, y nos acostumbramos a vivir con una baja calidad de vida, sin prestarnos atención a los que nos pasa interiormente, y la sensación de que la vida nos lleva. Sin poder hacer nada.
A veces las respuestas o las alternativas están más cerca de lo que creemos.